Arte Barroco

El arte Barroco nace en Roma alrededor del año 1600 impulsado por los papados de Sixto V y Pablo V. El propósito era manifestar la grandeza de la Iglesia por medio de las artes figurativas y con monumentos impresionantes. Se colocaron obeliscos de la antigua Roma y se construyeron, restauraron y decoraron palacios, villas, iglesias y colegios, además de monasterios y conventos para las órdenes como la jesuita, creadas por la Contrarreforma. La primera y principal obra de los papas fue la reconstrucción de la basílica de San Pedro, como principal iglesia católica.


El término Barroco procede de los étimos portugués barroco y español barrueco, que sirven para designar la perla que tiene forma irregular. Este vocablo aparece en el siglo XVIII para definir una pintura o una figura que no respeta las reglas y proporciones por seguir los caprichos del artista.


El arte Barroco insiste en el papel primordial que tiene la fe y su efecto en los fieles. A la fe se debía acceder por la emoción de los sentidos, antes que por el espíritu. Las consecuencias de estas ideas en el arte son que el principal cliente es la Iglesia; que pretende crear el asombro, la maravilla y el encantamiento; tiende a la escenografía, al teatro, al espectáculo y al efectismo; combina movimientos y luces asociando arquitectura, escultura y pintura.


El arte Barroco rechaza la razón, el equilibrio, la medida y es contrario a toda norma, a favor de lo patético, de lo irracional, lo fantástico, lo excesivo, y ello supone en gran parte una reacción contra el Renacimiento.


El estilo del arte Barroco busca constantemente el movimiento que se consigue en la arquitectura a través de fachadas ondulantes, columnas salomónicas, balcones y tribunas que combinan curvas, entrantes y salientes; y en las artes plásticas a través de temas dramáticos y atormentados, juegos de luces y sombras.


En España, el arte Barroco es esencialmente un arte religioso, pues la clientela está formada por, además de la Corte y los miembros de la nobleza que hacían pocos encargos, los conventos y las iglesias. La arquitectura destaca por encima de las demás artes con construcciones de poca envergadura y estructura sobria, con el interés centrado en las fachadas. La iglesia es el edificio más característico, y solo en el siglo XVIII con la llegada de los Borbones a la Corte, la arquitectura civil alcanzó un gran auge.


El siglo XVII, el siglo del arte Barroco, está considerado como el Siglo de Oro de la pintura española, y de esta época son algunos de los pintores más reconocidos de la historia del arte español.



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