Arte Moderno

El Renacimiento inaugura la Edad Moderna y el arte moderno. El arte moderno surgió en Italia, se presenta como el renacer de la Antigüedad clásica y considera el arte de la Edad Media como oscuro y decadente. El siglo XV se presenta como el inicio de la modernidad entendida como ruptura de la sociedad medieval. El arte moderno es un arte individualista, que abandona el anonimato y donde prevalece la genialidad del artista.


El arte moderno denota un alto nivel técnico y un sentido naturalista en el que sobresalen los valores de la proporción, la serenidad y la armonía por encima del tema y el significado. El descubrimiento de la perspectiva científica permite un gran avance en la representación de la realidad, que se muestra ahora en sus tres dimensiones.


Por otro lado, el manierismo anuncia la decadencia del Renacimiento y se libra del culto a la belleza clásica y a sus componentes básicos. Ello desembocará en un nuevo estilo, el Barroco, surgido también en Italia, y que tiene como mecenas a los Papas. Es un arte al servicio de la Iglesia católica, que vive su momento de máximo apogeo, y de las monarquías. Dramatismo, teatralidad y movimiento exagerado sustituyen el equilibrio y la serenidad propios del periodo anterior y se perfilan como los principales rasgos del nuevo arte, que siempre se hará presente en el arte moderno.


Tras la acumulación de elementos decorativos con el denominado estilo rococó, el arte moderno vuelve a redescubrir la Antigüedad clásica, probablemente influido por los hallazgos arqueológicos producidos a finales del siglo XVIII: es el Neoclasicismo. El epicentro del movimiento neoclásico es Francia. El carácter apasionado y dramático del Barroco queda sustituido por la frialdad y el academicismo, que combinan la temática mitológica con la elegancia y la serenidad clásicas, aunque se le ha tildado de ser un arte de gran rigidez y de imitar de una forma absoluta la pureza formal de la Antigüedad.


Al Neoclasicismo le sigue el Romanticismo, en el que el individuo se entrega a la naturaleza, siempre relacionada con los estados anímicos de la persona. Con él acaba una concepción tradicional del arte y de los gustos artísticos. Aun así, la ruptura definitiva llega con el Impresionismo en el último tercio del siglo XIX.


El impulso artístico y cultural del Renacimiento surgió en el centro y el norte de Italia, la región más urbanizada de Europa, en ciudades como Florencia, Siena, Urbino, Padua, Milán, Venecia, Ferrara o Mantua a finales del siglo XIV, se desarrolló a lo largo del XV y se extendió al resto de Europa en el transcurso del siglo XVI.



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